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Futbol y MÚsica: MelodÍa, armonÍa…y goles.

 

Por:

Carlos Velázquez Garrido [1]

velazquezgarrido@hotmail.com

 

RESUMEN: Este trabajo explora la forma en que el futbol encuentra en la música un mecanismo de expresión con la que plasma su incidencia en nuestras sociedades. Aquí se propone que a través del análisis semiótico-discursivo de cierto tipo de canciones, podemos entender cómo es que fenómenos originados en la sociedad afectan al futbol y viceversa.

 

INTRODUCCIÓN

 

A lo largo de la historia del futbol[2] la incidencia que ha tenido en las diversas sociedades ha sido puesta en duda por algunos sectores sociales, políticos, culturales e “incluso” académicos. Desafortunadamente tales cuestionamientos han sido mayores en cantidad comparados con las aportaciones sobre futbol provenientes de dichas esferas, llegando al grado de crear una especie de barrera para la realización de este tipo de trabajos, incluso desde una vertiente tan implícita como las ciencias sociales. De cualquier forma, este deporte no ha parado en su búsqueda de mecanismos de expresión con los que plasme su incidencia en nuestras sociedades. Uno de estos ejemplos es la música[3], la cual no sólo ha sido ligada con este deporte[4] pero que en nuestros días esa confluencia tan abstracta e incontrolable ha llegado a un punto en el que resulta innegable su existencia, así como la necesidad de su estudio.

 

Son muchos los campos por los cuales se da la unión de dos elementos que normalmente se conocen uno como deporte y el otro como arte,[5] por lo que en este ensayo son citados los que resultan más relevantes, la antropología y la semiótica, para efectos primarios de un acercamiento a la teoría antes expuesta. Además de lo anterior, se brinda una perspectiva de cómo en pleno siglo XXI contamos con la chance de, mediante el análisis de cierto tipo de canciones, poder entender cómo es que fenómenos originados en la sociedad afectan al futbol y viceversa.

 

Una alianza previa a toda cultura

 

Primeramente, la relación entre futbol y música inició, antropológicamente hablando, desde la concepción del primero como juego y la segunda como arte, que a su vez, según Johan Huizinga,[6] ambos se originaron de un carácter lúdico[7] mucho antes que su instituir cultura,l[8] lo cual en la actualidad a algunos estudiosos del tema como Gerhard Vinnai (2003:24-25) les pueda parecer que con el paso del tiempo se ha dispersado (casi) en su totalidad; planteado desde la visión de Roger Caillois,[9] que se refiere al juego pero sus estudios bien pueden ser adaptados al ámbito musical, es el resultado de una convergencia clave y con una enorme influencia en su forma actual (1986: 19-38), la paidia[10] y el ludus.

 

Para Huizinga el factor lúdico imperante en el juego también aparece en las formas musicales, incluso desde tiempos lejanos como en la Grecia de Platón y las  artes músicas que incluían “al canto y al acompañamiento musical, la danza, […] todo lo ‘músico’, en este sentido, se halla en íntima conexión con el culto, sobre todo con las fiestas, donde se explaya con su función propia.” (1984: 184). En la cultura griega la música se encontraba enmarcada por un orden no visible y lejos de una lógica pragmática del mismo modo en que el juego, en su sentido más primitivo, no formaba parte de las necesidades inmediatas del hombre en la vida diaria; en ambos casos, tales características resultaron coincidir en cuanto a sus normas, representadas por el ritmo y la armonía con que cuenta el hombre (a diferencia por ejemplo de los animales), que no se pueden tocar y sin embargo son la esencia de estos fenómenos: “a nosotros, hombres, se nos ha dado […] la diferencia gozosa de ritmo y armonía. Con toda la claridad deseable se establece una relación directa entre la música y el juego”. (Íbid: 185)

 

La creación de un nuevo lenguaje

 

Otro nexo se da pensando en el deporte como un lenguaje retórico en que se manifiesta el reflejo de ciertos grupos, de los que provienen y los que le dan vida llevándolo a la praxis; así es como nos encontramos a la música interpretada por la semiótica.[11] Umberto Eco[12] habla de códigos musicales: semióticas formalizadas, sistemas onomatopéyicos, sistemas connotativos y denotativos, etc. (1978: 21-22).

 

En este sentido la notación musical de la actualidad proviene de antiguas claves de gestos que “capturaban” e interpretaban fenómenos de tipo cinésico y paralingüístico, dicho de otra manera, las formas primitivas de comunicación que dieron origen a todo tipo de lenguaje empleado hoy en día. De modo que la concepción de la música fue una especie de transmutación de lenguajes primarios, no necesariamente verbales, a un campo hasta ese momento sin explorar.

 

Ya sea como música que transmite un ethos (González. 1996: 9-12) -identidad, comportamiento, hábito y/o costumbre espacio-temporal- o denotativa -que remite a órdenes específicas- por citar algunos casos, la significación e intencionalidad otorgada a la música no es simple coincidencia, sino la consumación y el traspaso de elementos significantes al terreno de lo lírico con resultados muy parecidos a los que tiene un lenguaje más directo.

 

Es por ello que suponiendo al también llamado balompié como un lenguaje o expresión simbólica de las sociedades en que se manifiesta pero al no ser considerado como tal,[13] encuentra en el carácter mimético de la música una forma de expresar su esencia y repercusión sociocultural, hasta el momento casi omitida.

 

Según Caillois (1986: 41-42) en la clasificación que realiza sobre tipos de juego menciona uno llamado Mimicry, los juegos de representación o simulacro, una interpretación la cual se puede utilizar para explicar la esencia del juego y la música casi por igual.

 

 

El partido va de menos a más

 

Como consecuencia, la música, al igual que el futbol, además de ser actividades lúdicas se han manifestado como alternativas retóricas para la sustracción de realidades de índole social, cultural y económica por citar algunos casos. La diferencia entre ambos ha sido la concepción artística con que cuenta la música, a lo que de manera contrastante el futbol en su forma básica aparece no más que como una actividad de esparcimiento, a pesar de que ambas áreas a partir del (en su momento) afianzamiento del capitalismo se han explotado económica y/o mediaticamente hasta niveles insospechados hace décadas.

 

Los significados incluidos en la música han encontrado en menor grado barreras para su interpretación por parte de la misma sociedad, ya sea por su calidad de arte o por simple asimilación de nuestro preconstruido que le sigue dando un carácter trivial. Así es como hoy en día la música, descrita como un negocio absoluto que ha acaparado prácticamente todo el mundo, encuentra en la misma globalización su mejor aliado para transmitir dentro y fuera de la zona en que ha sido creada situaciones producidas en campos sociales variados, incluyendo al futbol.

 

Música sobre futbol en la actualidad

 

En pleno siglo XXI y sin importar el género musical, ya sean intérpretes independientes o estrellas consagradas del “mainstream” mundial, los músicos plasman en sus ritmos y letras  toda clase de elementos cargados de significados que hasta antes de su creación sólo habían sido imaginados por unos cuantos, o bien, podían ser algo común en su región de procedencia pero con el impulso globalizante por el que pasan tienen la oportunidad de que en naciones lejanas conozcan parte de dicha realidad.

 

Como espejo multicultural la música cuenta con la posibilidad de reproducir todo tipo de amores, odios, ideologías, idolatrías, problemáticas, procesos santificantes y otros tantos fragmentos que forman parte del extrapolante mundo del futbol. Las posibilidades son enormes.

 

Citando algunos casos particulares, podemos encontrar diversas muestras del futbolista que gracias a sus logros dentro de la cancha, dependiendo desde que visión se analice, es definido como crack, ídolo, icono, fenómeno, privilegiado, amigo, o hasta dios, siendo el ejemplo más claro lo que sucedió/sucede con Diego Armando Maradona (con interpretes como Rodrigo, Mano Negra, Los Piojos, Los Ratones Paranoicos, Andrés Calamaro, Fito Páez, Charly García, etc.).[14]

 

Rodrigo–La mano de Dios (Fragmento)

Los Piojos–Marado (Fragmento)

Andrés Calamaro – Maradona (Fragmento)

[…]al poco que debutó

Maradó, Maradó

la doce fue quien coreó

Maradó, Maradó

su sueño tenia una estrella

llena de gol y gambeta

y todo el pueblo cantó

Maradó, Maradó

nació la mano de Dios

Maradó, Maradó

sembró alegría en el pueblo

llenó de gloria este suelo

 

cargo una cruz en los hombros

por ser el mejor

por no venderse jamás

al poder enfrentó

curiosa debilidad

si Jesús tropezó

porqué él no habría de hacerlo,

la fama le presentó una blanca mujer

de misterioso sabor

y prohibido placer

en su habito al deseo

y usarla otra vez

involucrando su vida

y es un partido que un día

el Diego esta por ganar[…]

Cae del cielo brillante balón

toda la gente y todo el mundo ve,

una revancha redonda en su pie,

todo el país con él corriendo va,

Caen las tropas de su majestad,

y cae el norte de la Italia rica,

y el papa dando vueltas no se explica,

muerde la lengua de Joao Havelange.

 

Maradó, Maradó [...]

 

Cuando se caigan a pedazos las paredes

de esta gran ciudad

cuando no queden en el aire mas cenizas

de lo que será, que será...

 

Y sigue el Diego, el mejor en lo suyo

si vos lo fueras no habría tanto yuyo

y va el cafiolo por el tobogán

va para arriba va riendo, ja! […]

Maradona no es una persona cualquiera

es un hombre pegado a una pelota de cuero

tiene el don celestial

de tratar muy bien al balón

es un guerrero

Es un ángel y se le ven las alas heridas

es la Biblia junto al calefón

tiene un guante blanco calzado en el pié

del lado del corazón

No me importa en que lío se meta Maradona

es mi amigo y es una gran persona (el diez)

en el alma guardo la camiseta de boca

que me regaló alguna vez

Diego Armando estamos esperando que vuelvas

siempre te vamos a querer

por las alegrías que le das al pueblo

y por tu arte también.

 

Todo el pueblo argentino y los seguidores alrededor de todo (remarcando la palabra todo), el mundo del llamado “Pelusa” han sido testigos de una carrera llena alegrías y tristezas, en la que un hombre que es considerado por muchos como el mejor futbolista de la historia alcanzó ese peldaño proveniente de la pobreza (mostrándose como la quintaesencia del jugador argentino) para llevar a su país y a una ciudad del sur italiano, Nápoles, a la cúspide futbolística, pero también lo llevaron a él a una vida llena de polémica, drogas y problemas legales.

 

Sin embargo las tragedias que mancharon la vida de Maradona no acabaron con su leyenda, la cual desgraciadamente sí ha pesado en el pueblo argentino y en la selección albiceleste, quienes siguen esperando la llegada del “nuevo Maradona” para volver al puesto de honor en el balompié mundial. Para su mala fortuna, Argentina sigue sin conseguir cerrar ese incomparable capítulo y corroborando que en muchos países el futbol es más que un deporte, el cual afecta la problemática nacional alcanzando la vida de todos y cada uno de sus habitantes.

 

Otro ejemplo lo muestra esa especie de resignación idílica que viven algunos países en su “eterna” espera por finalmente probar las mieles del triunfo futbolístico a nivel mundial, con la expectativa de que dicho anhelo pueda pasar del imaginario colectivo a la realidad.  Este es el caso de selecciones nacionales como las de España y México (con intérpretes como La habitación roja, banda indie pop oriunda de tierras valencianas, o El Tri, uno de los grupos más importantes de rock urbano en México),[15] que incluso en terrenos como el futbol - y la música- dejan ver su histórico vínculo y desarrollo en paralelo (sin dejar de guardar las proporciones pertinentes).

 

La habitación roja – Nunca ganaremos el mundial (Fragmento)

El Tri – Si México ganara el mundial (Fragmento)

Volverán los días de ingenio

El mundial que nunca ganaremos

La fuerza y las noches de miedo

Los clásicos serán siempre modernos

Eres lo único que me queda

La resistencia clandestina

Defendiendo causas perdidas

Romanticismo suicida […]

Te abrazare hasta el fin de los tiempos

Seré tu piel tus mejores momentos

Un clásico antiguo como un beso

Y haré por ti todas las cosas que nunca hice por mí

Aunque las calles se derritan

Aunque las flores se marchiten

Aunque pasemos de los 30

Y las derrotas seas eternas […]

Si México ganara el mundial

Cuantas cosas pasarían

Después de 15 días todavía seguiría

El revuelo abajo del ángel […]

Si México ganara el mundial

Los comercios tendrían que cerrar

Y toda la policía no alcanzaría

Pa’placar el júbilo nacional

Pues si México ganara el mundial

Habría tanto relajo de noche y de día

Que sería como un eterno carnaval […]

Habría un chingo de cabrones trepados en el ángel gritando “¡Sí se pudo, si se pudo!”

Y habría muchos aferrados que querrían escalar

Pero estarían tan pedos que azotarían al tratarse de trepar […]

Lo bueno es que eso nunca va a pasar

Porque México jamás va a ganar el mundial

 

Ambas canciones ejemplifican sentimientos como la esperanza de victoria contrapunteada con la ya citada resignación al fracaso (tomando en cuenta que para algunos estas selecciones ya no lo pueden seguir llamando “un mal torneo”), algo que sucede de forma muy similar en la vida cotidiana de dichos países, dejando la interrogante de qué tan determinante pueden resultar factores como la idiosincrasia de dichos pueblos que tanto se ha minimizado al discutir cuales son las causas de tales resultados (mucho más en el caso mexicano).

 

Siendo dos naciones que en distintos momentos han ingresado al grupo de los considerados a priori favoritos a erigirse campeones en los torneos de sus respectivos continentes, han dejado un amargo sabor de boca cuando tienen la oportunidad frente a ellos y han sido peores los resultados si dicha oportunidad se llama Copa del Mundo (¿aún se puede seguir creyendo que la mentalidad no tiene un papel importante o ejemplos como el campeonato de futbol sub-17 conquistado por México en el 2005 y la selección española que se coronó en el Mundial de Básquetbol en el 2006 deben tomarse en cuenta con mayor seriedad?).

 

Los límites temáticos parecen inexistentes y esta misión que posee la música (consciente o inconscientemente) incluso ha cumplido funciones socio-políticas de orden defensivo, contestatarias y de liberación momentánea como sucedió en la España de Francisco Franco.

 

Cataluña y el País Vasco, siendo las dos periferias más importantes contra la represión dictatorial, encontraron en sus estadios de futbol, el Camp Nou de Barcelona y el San Mamés del Athlétic de Bilbao, perfectos espacios figurativos de lucha que, citando a Eduardo Galeano, “sirvieron de refugio a los sentimientos nacionales prohibidos” (2001: 127). Como una alternativa para el desfogue de sus frustraciones faltas de respuesta, todo el público en las gradas no paraba de corear los himnos y cánticos en sus lenguas regionales, catalán y euzkera respectivamente.

Fragmento del Cant del Barça (Catalán)

Fragmento del Cant del Barça (Español)

Tot el camp

es un clam

som la gent Blau Grana

Tan se val d'on venim

Si del sud o del nord

ara estem d'acord, estem d'acord

una bandera ens agermana.

Blau Grana al vent

un crit valent

tenim un nom

el sap tothom

Barça!, Barça!, Baaaarça!!!!

Todo el campo,

es un clamor,

somos la gente azulgrana,

no importa de donde vengamos,

si del sur o del norte,

eso si, estamos de acuerdo, estamos de acuerdo,

una bandera nos hermana.

Azulgrana al viento,

un grito valiente,

tenemos un nombre,

lo sabe todo el mundo:

Barça!, Barça !, Baaaarça !!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Himno del Athlétic de Bilbao (Euzkera)

Himno del Athlétic de Bilbao (Español)

Athletic, Athletic, Athletic eup!

Athletic, gorri ta zuria

danontzat zara zu geuria

Erritik sortu ziñalako

maite zaitu erriak  (...)

Aupa mutilak!

aurrera gure gaztiak!

Bilbo ta Bizkai guztia

goratu bedi munduan

Aupa mutilak!

gora beti Euskalerria!

Athletic gorri-zuria

geuria.

Bilbo ta Bizkai guztiak gora!

Euskaldun zintzoak aurrera!

Athletic, Athletic, Athletic eup!

Athletic rojo y blanco

para todos eres muy nuestro

porque naciste del pueblo

te ama el pueblo (…)

Arriba muchachos!

Adelante juventud nuestra!

Bilbao y toda Bizkaia

sean enaltecidos en todo el mundo.

Arriba muchachos!

Arriba siempre Euskalerria!

Athletic rojo y blanco,

el nuestro.

Arriba jóvenes de Bilbao y Bizkaia!

Nobles vascos, adelante!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todo esto sucedía aún cuando los asistentes se encontraban rodeados por los mismos policías que les atacaban fuera del inmueble a causa de toda acción no permitida por el franquismo.

 

El caso de los himnos de los diferentes equipos regularmente cuenta con un objetivo más disperso, como sucede en diversas partes del mundo donde no existe cierta uniformidad respecto al objetivo de sus letras y el resultado que tienen con los sentimientos o emociones plasmados en cada uno de éstos.

 

Mientras algunos himnos captan increíblemente la esencia, historia y mítica de su club, otros se remiten únicamente a formar parte de las curiosidades de la institución como mero instrumento de identificación entre sus seguidores y el equipo. Merecen una mención especial los trabajos de grupos británicos como Status Quo y su tema “Burning Bridges” (a la que no se le pudo hacer mejor adaptación que la de los seguidores del Manchester United), Gerry and The Peacemakers con "You'll Never Walk Alone" (canción que los aficionados del Liverpool de Inglaterra y el Celtic de Escocia hicieron su himno) y el clásico del grupo Slade “Cum on feel the noize”, con el que Quiet Riot saltó a la fama (y que a su vez cobró importancia en la Eurocopa de Inglaterra 1996, pero interpretada por Oasis) pues no se crearon con la intención de ser himnos de futbol, pero el impacto que tuvieron fue (y es) único.[16]

 

A últimas fechas una mención aparte merecen los cánticos de las hinchadas y, principalmente, de las barras bravas en apoyo a sus equipos y jugadores, pero especialmente a sus colores, pues el resultado obtenido en sus letras es tal vez el mejor ejemplo de los alcances logrados por la música, plasmando la heterogeneidad de las identidades en el futbol. Sin embargo, la concepción de este como representación de la lucha entre distintas fuerzas que buscan hacerse con la victoria por medio de una batalla deportiva[17] ha comenzado a deteriorarse, entendiéndose erróneamente por un sector importante de pseudo-aficionados.

Estos grupos que comenzaron como simpatizantes, seguidores o hinchas del equipo han pasado de apoyar incondicionalmente a su conjunto – dejándoles la responsabilidad de que sean los que están en la cancha quienes decidan el resultado de dicha guerra deportiva –, a “tomar”  el protagonismo de esa batalla, pero ahora poniendo el sentido lúdico de lado e incluso al mismo equipo, siendo lo más importante el derrotar a la “fanaticada” rival por todos los medios (incluido el físico) y brindándole a sus “trofeos de guerra”(el caso de los trapos con las barras bravas) una importancia en ocasiones igual o mayor que la del club (Carrillo, 2006: 2-3).

 

Por último (mas no como última posibilidad temática), existen otros casos en los que algunos grupos han compuesto letras con objetivos más simples, desde pagar una apuesta deportiva, resolver rencillas entre aficiones o simplemente mostrar abiertamente su apoyo a determinado futbolista (como los mexicanos Molotov –siendo seguidores de los Pumas de la UNAM le dedicaron una canción a Jorge Vergara, dueño del Guadalajara–, Los Estrambóticos –le pagaron una apuesta a un locutor de radio seguidor del América – y Hugo –le dedican una canción a Hugo Sánchez e incluso parece ser que se hacen llamar así en honor al “pentapichichi”–, la banda granadina Los Planetas –mencionan a Gaizka Mendieta– o los  mallorquineses La Granja –le dedicaron una canción a Samuel Eto’o–).[18]

 

Tanta es la pasión del futbol y la música en conjunto que en el país africano de Costa de Marfil crearon un nuevo baile llamado Konami, el cual consiste en imitar los movimientos de los más famosos “cracks” del balompié mundial -incluso el ariete marfileño Didier Drogba cuenta con su propio baile, bautizado como “Drogbacité-. (Laméyer: 2006).[19]

 

Posibilidades en un futuro ya presente

 

Todos los elementos anteriores únicamente son algunos ejemplos tomados de la gigantesca gama de vertientes por medio de las cuales el futbol ha pisado el terreno musical y viceversa, mostrándose el primero como una representación en ocasiones inmensamente precisa en cuanto a nuestras sociedades y el segundo como aliado clave para una mejor lectura de este deporte, más allá de su imagen de actividad burda, enajenante y, una tesis que ha cobrado gran fuerza en los últimos años, como simple herramienta (mas no insignificante) para la consecución de los fines deseados por el aparato global postmoderno.

                                                                                               

Precisamente porque nos encontramos en una época copada por la posmodernidad (donde muchas situaciones que en el pasado no tenían cabida alguna ahora cuentan con la posibilidad de mostrarse desde distintas facetas gracias al supuesto discurso de apertura reinante) tenemos la responsabilidad de darle su justo valor a un deporte que, a pesar de todas las críticas y ataques que ha recibido, ha conseguido permear en nuestras sociedades hasta niveles envidiables y pocas veces vistos.

 

Combinado con la música, el futbol tiene la oportunidad de mostrarnos a primera vista y desde una perspectiva un tanto trivial pero a su vez más práctica conceptos como el prototipo de héroe que manejamos en la actualidad; reiterarnos la forma en que hacemos ídolo a un hombre que ha sido privilegiado con mover a las masas gracias al poder de sus pies; hacernos entender que el factor mental en el ser humano funge un papel preponderante para romper la monotonía imperante la cual nos impide crecer; o expresarnos parte de la magia existente dentro de un inmueble para que de un momento a otro se convierta en “templo” y los miles de “feligreses” presentes (más los que presencian dicho “acto de fe” por radio, televisión o internet) recen fervientemente y griten a todo pulmón sus “alabanzas” para que sus deseos sean oídos e interpretados adecuadamente por 11 “santos”, los cuales tienen como misión depositar dichas esperanzas en un objeto que en su propia insignificancia encuentra su misticismo: un balón.

 

Un siguiente paso a lo anterior puede ser el no desechar todas esas teorías provenientes del tema aquí tratado sólo porque no cumplen con los estándares preestablecidos que tachan de erróneo a todo lo que les resulta “fuera del guión”. Son pocos los intentos previos pero el campo de estudio es mucho más grande de lo que pueda parecer.

 

De un tiempo a la fecha el futbol ha causado el interés por la realización de investigaciones concernientes a este tema desde campos tan variados como nuestra imaginación nos lo permita, en gran parte debido a que la academia ha acrecentado sus esfuerzos por rescatarlo del recóndito sitio en que incongruentemente se ha puesto a un generador de cuantiosas sumas económicas y emocionales.

 

Campos como la economía, la publicidad, la psicología, la comunicación (sí, la comunicación), la antropología o artes como la música le están brindando al hecho de pensar acerca de futbol y de todo lo que le rodea una importancia que poco a poco va cobrando mayor fuerza y que para poder subsistir y alcanzar una solidez depende únicamente de la continuidad en sus proyectos y de que aumenten los mismos para bien de este deporte, lo que a la par se reflejaría en su entorno, en nosotros.

 

El objetivo de este escrito no es darle a la unión de música y futbol un carácter final para comprender al segundo desde todas sus aristas posibles con absoluta claridad, pues aún sacando distintas resoluciones de este “género musical” tales hipótesis se deben desarrollar, comparar, debatir, comprobar y combinar con otros elementos. Aún así, este es un intento por mostrar como los alcances de una alianza, que probablemente en sus inicios sólo quiso cumplir con una necesidad netamente lúdica, pueden ayudarnos a lograr una mejor asimilación de este deporte y, a su vez, de la misma sociedad presente.

 

Johan Cruyff[20] en su libro Me gusta el futbol[21] (¿de qué otra manera se podría titular?) hace mención de una especie de decálogo que debe tener presente toda persona que goce del futbol vistoso, espectacular y alegre. En el tercero de los puntos que comenta dice que “siempre debemos estar dispuestos a aprender cosas nuevas de otros”. No estoy seguro de si en todo caso tengamos que hablar de aprender cosas nuevas pues, tal y como le sucede al ser humano en el quehacer cotidiano, mucho de lo que aparentamos carecer en realidad siempre lo hemos tenido frente a nosotros pero necesitamos de un tercer elemento (o varios) para darnos cuenta de ello. Así pues, si las personas necesitan de diversos apoyos para entenderse y entender su entorno con el objetivo de lograr un constante crecimiento, ¿por qué no considerar al futbol y la música como herramientas en dicha misión?

 

REFERENCIAS

 

Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® (2005). © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

 

Caillois, R. (1994). Los juegos y los hombres. México: Fondo de Cultura Económica.

 

Carrillo, L. (2006). “Sus vidas por un ‘trapo”. Nota publicada en el periódico Cancha, 17 de octubre del 2006, pp. 2-3.

 

Cruyff, J. (2002) Me gusta el fútbol. Barcelona: RBA.

                                                                                   

Eco, U. (1978). La estructura ausente: Introducción a la semiótica. Barcelona: Lumen.

 

Galán, F. (1987). “Apuntes para una filosofía del juego”. México: Revista de Filosofía, Universidad Iberoamericana, No. 58-59. Enero-agosto, pp. 187-207.

 

Galeano, E. (2004) El futbol a sol y sombra. México: Siglo Veintiuno.

 

González, J. (1996) El Ethos, destino del hombre. México: Fondo de Cultura Económica.

 

Huizinga, J. (1984) Homo Ludens. Madrid: Alianza/Emelec.

 

Maradona, D. (2001) Yo soy el Diego. Barcelona: Booket.

 

Lameyer, E. (2006) “El fútbol tiene música”. Disponible en Internet en: http://www.notasdefutbol.com/archivos/2006/03/14-el-futbol-tiene-musica.php Fecha de consulta: 14 de marzo del 2006.

 

Riviere, M. (2000) El problema Madrid-Barcelona. Barcelona: De Bolsillo.

 

Vinnai, G. (2003) El futbol como ideología. México: Siglo Veintiuno.

 

 

REFERENCIAS DISCOGRAFICAS

 

ANDRÉS CALAMARO (1999). “Maradona”. Canción incluida en el disco “Honestidad Brutal”, WEA, Argentina.

 

EL TRI (2005). “Si México ganara el mundial. Canción incluida en el disco “Más allá del bien y del mal”, Fonovisa, México.

 

GERRY AND THE PEACEMAKERS (1963) "You'll Never Walk Alone". Canción incluida en el disco “How do you like it”, Columbia Records, Reino Unido.

 

HUGO (2005). “Hugo rematando a gol”. Canción incluida en el disco “Neo”, México.

 

LA GRANJA (2004). “Eto’o (Su jugador favorito)”. Canción incluida en el disco “Grabaciones en el Mar”, Tobogán, España.

 

LA HABITACIÓN ROJA (2005). “Nunca ganaremos el mundial”. Canción incluida en el disco “Nuevos tiempos”, Mushroom Pillow, España.

 

LOS ESTRAMBÓTICOS (2005). “Saliste campeón”. Canción no incluida en ningún disco, México.

 

LOS PIOJOS (1996). “Marado”. Canción incluida en el disco “Tercer Arco”, DBN, Argentina.

 

LOS PLANETAS (2002). “Un buen día”. Canción incluida en el disco “Unidad de desplazamiento”, RCA, España.

 

LOS RATONES PARANOICOS (2001). “Para siempre Diego”. Canción incluida en el disco “Para siempre Diego”, Toca Discos, Argentina.

 

MANO NEGRA (1994). “Santa Maradona”. Canción incluida en el disco “Casa babilón”, EMI Latin, USA.

 

MOLOTOV (2005). “Me vale Vergara”. Canción incluida en el disco “Con todo respeto” (Bonus Track, Edición Especial), Universal Music Latino, México.

 

OASIS (1995). “Cum on feel the noize”. Canción incluida en el disco sencillo “Don’t look back in anger”, Welter Skelter, Reino Unido.

 

QUIET RIOT (1983). “Cum on feel the noize”. Canción incluida en el disco “Metal Health”, Pasha, USA.

 

RODRIGO (2000). “La mano de dios”. Canción incluida en el disco “La mano de Dios”, Argentina.

 

STATUS QUO (1988).  “Burning Bridges”. Canción incluida en el disco “Ain't Complaining”, Polydor, Reino Unido.

 

 

NOTAS



[1] CARLOS VELÁZQUEZ es Licenciado en Comunicación por la UAM Xochimilco. Actualmente trabaja en UNIVISIÓN.

[2] Es el deporte que más se juega en el mundo y también el más popular entre los espectadores, con un seguimiento de millones de aficionados. En rigor, se llama futbol asociación para distinguirlo de los otros deportes que también cuentan con el nombre de futbol.

[3] Música, movimiento organizado de sonidos a través de un espacio de tiempo. La música desempeña un papel importante en todas las sociedades y existe en una gran cantidad de estilos, característicos de diferentes regiones geográficas o épocas históricas.

[4] Que en parte parece aún no haber sido motivo suficiente para la realización de trabajos más exactos sobre el resultado de la unión de estas dos “artes”.

[5] Lo que a su vez nos abre la posibilidad de que en algún momento ambos se puedan pensar como arte.

[6] (Groninghem, 1872-1945) Historiador holandés que estudió y reconstruyó las formas de vida y los modelos culturales del pasado. Investigó el juego desde su arista como fenómeno de cultura (Homo ludens), no sólo en sus aspectos biológicos y psicológicos, entendiéndolo como una función humana tan básica a la par de la reflexión (Homo sapiens) y el trabajo (Homo faber).

[7] Lúdico, ca. (Del lat. ludus, juego, e ´-ico). adj. Perteneciente o relativo al juego.

[8] Huizinga, J. (1984). Homo Ludens. Madrid: Alianza/Emelec

[9] (Reims, 1913 - 1978) Escritor, ensayista, antropólogo, sociólogo y crítico literario francés.

[10] Paidos (Del lat. Paidia). adj. Perteneciente o relativo a la infancia.

[11] También conocida como semiología o ciencia de los signos. Sus principales fundadores fueron el filósofo estadounidense C. S. Pierce y el lingüista suizo Ferdinand de Saussure. Ambos basaron sus teorías en la distinción fundamental dentro del signo entre significante y significado, es decir, entre la forma escrita del signo y lo que representa.

[12] (Turín, 1932) Crítico literario, semiólogo y novelista italiano.

[13] Encontrando en fechas recientes su punto más alto donde la incidencia con que cuenta en todo el mundo se contrapone a la histórica imagen pagana y de burda enajenación como tope aspiracional que muchos insisten en asentarle sin miramientos.

[14] Rodrigo “La mano de dios”, La mano de Dios, Argentina, 2000; Mano Negra “Santa Maradona”, Casa Babylon, EMI Latin, USA, 1994; Los Piojos, “Marado”, Tercer Arco, DBN, Argentina, 1996; Andrés Calamaro “Maradona”, Honestidad Brutal, WEA, Argentina, 1999; Los Ratones Paranoicos, “Para siempre Diego”, Para siempre Diego, Toca Discos, Argentina, 2001.

 

[15] La habitación roja, “Nunca ganaremos el mundial”, Nuevos tiempos, Mushroom Pillow, España, 2005; El Tri, “Si México ganara el mundial”, Más allá del bien y del mal, Fonovisa, México, 2005; Hugo, “Hugo rematando a gol”, Neo, México, 2005.

[16] Status Quo, “Burning Bridges”, Ain't Complaining, Polydor, Reino Unido, 1988; Gerry and the Peacemakers, “You'll Never Walk Alone”, How do you like it, Columbia Records, Reino Unido, 1963. Quiet Riot, “Cum on feel the noize”, Metal Health, Pasha, USA, 1983. Oasis, “Cum on feel the noize”, Don’t look back in anger (Disco sencillo), Welter Skelter, Reino Unido, 1995.

[17] En la cual depende de 22 hombres las esperanzas de miles de fanáticos que, en pleno postmodernismo, tienen en el futbol uno de sus pocos escapes u oportunidades de volver a su estado tribal, la probable quintaesencia del saber que, incluso en esta época, contamos con una identidad que nos diferencie de otros.

[18] Molotov, “Me vale Vergara”, Con todo respeto (Bonus Track, Edición Especial), Universal Music Latino, México, 2005;  Los Estrambóticos, “Saliste campeón”, México, 2005; Hugo, “Hugo rematando a gol”, Neo, México, 2005; Los Planetas, “Un buen día”, Unidad de desplazamiento, RCA, España, 2002; La Granja, “Eto’o (Su jugador favorito)”, Grabaciones en el Mar, Tobogán, España, 2004.

[20] La máxima gloria del balompié holandés y uno de los mejores en la historia de este deporte, ya sea como futbolista o entrenador.

[21] Cruyff, J. (2002) Me gusta el futbol. Barcelona: RBA.

 

 

 

 

 

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